Los primeros trabajos en terapia génica se realizaron con ratones, mediante técnica del ADN recombinante, que consiste en introducir el ADN extraño en los embriones, de forma que dicho ADN se expresa luego completamente, a medida que desarrolla el organismo. El material genético introducido se denomina transgén; los individuos a los que se les aplica esta técnica reciben el nombre de transgénicos.
La Terapia Génica ha sido aplicada en humanos a las enfermedades neurodegenerativas. Esto se debe a que la mayoría de los desórdenes que se presentan a nivel del tejido cerebral se manifiestan con pérdida neuronal; de ahí que una salida para lograr la restauración del tejido dañado sea el implante de células capaces de diferenciar a neuronas, la liberación de genes con función neuroprotectora y neurorestauradora o de enzimas cuya función se afecta como consecuencia de la pérdida neuronal.
En este sentido, se han llevado a cabo un ensayo clínico de Terapia Génica donde se realizó la fase I de un estudio en el que se implantaron fibroblastos genéticamente modificados para liberar NGF (Factor de crecimiento nervioso) en ocho pacientes con la Enfermedad de Alzheimer. Después de 22 meses de seguimiento, no se detectaron efectos adversos asociados al procedimiento, mejoró la función cognitiva de seis pacientes y en una autopsia se demostró una respuesta significativa a la liberación de NGF.
A continuación un video sobre ADN recombinante:
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